Juicio Sucesorio Intestamentario

1. Sucesión: En esta etapa inicial, se presenta la solicitud ante un juez de lo familiar para que se reconozca la sucesión intestamentaria (sin testamento). Se identifica a los herederos y se acredita la muerte del fallecido mediante el acta de defunción.
2. Inventario y avalúo: Se elabora un listado detallado de los bienes que integran la herencia (inmuebles, cuentas bancarias, etc.) y se realiza su valoración económica por un perito autorizado, para determinar el valor total del patrimonio.
3. Administración: Aquí se designa un albacea (si no hay testamento, lo nombra el juez o los herederos de común acuerdo) para gestionar los bienes durante el proceso. Se asegura la conservación del patrimonio y se resuelven deudas o pendientes del fallecido.
4. Partición y adjudicación: Finalmente, se divide el patrimonio entre los herederos conforme a las reglas del Código Civil (orden de prelación: cónyuge, hijos, padres, etc.). El juez aprueba la partición y se adjudican los bienes a cada heredero mediante sentencia.

1. Acta de defunción.
2. Escrito de denuncia intestamentaria en donde se señalarán los posibles herederos y se adjuntarán los documentos que acrediten el parentesco como actas de nacimiento o acta de matrimonio.

No es posible dar un costo estimado, ya que cada juicio tiene su propia problemática, para poder fijar un honorario se tiene que estudiar bien el antecedente de la misma sucesión.

Los tiempos de cada juicio son variables, ya que si todos los posibles herederos están de acuerdo puede resultar bastante rápido; sin embargo, sí existe controversia o hay unos que no aparecen o que ya fallecieron, puede tardar mucho toda vez que a todos se les tiene que notificar la sucesión ya sea de forma personal o por conducto de sus albaceas.

Dos audiencias, la primera es la Información Testimonial (para reconocer el caracter de herederos) y la segunda es la Junta de Herederos (Para darles el caracter de herederos y señalar albacea)

1. Descendientes (hijos y sus descendientes): Los hijos del fallecido tienen la primera prioridad. Si un hijo ya falleció, sus propios hijos (nietos del difunto) heredan por representación, dividiendo la parte que le hubiera correspondido a su padre o madre. Si hay cónyuge sobreviviente, este comparte herencia con los hijos en partes iguales.
2. Cónyuge sobreviviente: Si no hay hijos ni descendientes, el cónyuge tiene derecho a heredar. Si hay hijos, como se mencionó, hereda junto con ellos; si no, puede tomar una parte significativa o la totalidad (dependiendo de otros parientes).
3. Ascendientes (padres y abuelos): Si no hay descendientes ni cónyuge, los padres del fallecido heredan en partes iguales. Si uno de los padres ya murió, su parte puede pasar a los abuelos (si viven).
4. Colaterales (hermanos y sobrinos): En ausencia de descendientes, cónyuge o ascendientes, heredan los hermanos del fallecido. Si un hermano falleció, sus hijos (sobrinos del difunto) pueden heredar por representación.
5. Otros parientes colaterales: Si no hay hermanos ni sobrinos, se considera a parientes colaterales hasta el cuarto grado (tíos, primos), pero esto es menos común y depende del caso.
6. Concubino(a): Si el fallecido vivía en concubinato (unión de hecho reconocida), el concubino puede heredar como cónyuge, siempre que se cumplan ciertos requisitos (haber vivido juntos al menos 5 años o tener hijos en común, según el artículo 1635).
7. Heredero universal (en ausencia de parientes): Si no hay ningún heredero en las categorías anteriores, los bienes pasan al Gobierno de la Ciudad de México como heredero final.

1. Herederos legítimos: Los que están en el orden de prelación (descendientes, cónyuge, ascendientes, colaterales, concubino, etc., según el orden que te expliqué antes). Ejemplo: hijos, cónyuge sobreviviente o padres del fallecido.
2. Albacea provisional o interesado: Una persona designada por los herederos o que tenga un interés directo (como un familiar cercano) puede iniciar el trámite, aunque no sea heredero directo, para gestionar los bienes mientras se define la sucesión.
3. Acreedores del fallecido: Si el fallecido dejó deudas, los acreedores pueden promover la sucesión para garantizar el cobro, aunque no heredan; solo buscan que se liquide el patrimonio.
4. Terceros con interés jurídico: Cualquier persona que demuestre un derecho relacionado con la herencia (por ejemplo, un socio en un bien o alguien con un contrato pendiente con el fallecido) puede solicitar el inicio, sujeto a la aprobación del juez.
5. El Ministerio Público: En casos excepcionales, si no hay herederos conocidos o hay bienes en riesgo de perderse, el Ministerio Público puede intervenir para promover la sucesión y proteger el patrimonio.

1. El heredero es notificado y no comparece: se le tiene por precluido su derecho a intervenir en esa etapa. El juicio sigue adelante con los herederos que sí comparecieron. Esto significa que no podrá objetar el inventario, avalúo o la partición propuesta, pero no pierde su derecho a la herencia, salvo que renuncie expresamente.
2. El heredero no es localizado: Si no se conoce su domicilio, el juez ordenará notificarle por edictos (publicaciones en un periódico o en el juzgado). Si aún así no aparece, el proceso continúa sin su participación, y se le designará un representante legal (como un defensor público) para proteger sus intereses.
3. Impacto en la partición: Los bienes se dividen entre los herederos presentes según el orden de prelación y las proporciones legales. La parte del heredero ausente se reserva hasta que reclame su derecho o se declare su renuncia tácita. Si aparece después, puede exigir su parte, pero podría enfrentar complicaciones si los bienes ya fueron adjudicados o vendidos.
4. Prescripción de petición de herencia: Si el heredero no se presenta en 10 años, pierde su derecho y es transmisible a los demás herederos.